Alec les informó que el peligro había pasado y que Rachel había sido detenida. Por fin podrían volver a su vida normal.
―¿De verdad que ya no hay peligro?
―De verdad, atrapamos a todos los involucrados con Rachel, aun si alguno hubiese escapado, solo no podrá hacer mucho y supongo que sería mejor que se fuera muy lejos para no ser atrapado ―aseguró Alec.
―O sea que ahora podremos volver a nuestra vida normal ―inquirió José.
―Así es, ya no hay ningún peligro. Incluso, si quieren ir a ver a Gabriel o prefieren que él venga, está en libertad de hacerlo.
Ángelo miró a su hija.
―Si tú no quieres que él venga…
―No, no, él tiene que estar con su familia en este momento; lo necesita.
―¿Estás segura?
―Sí, papá, él necesita de ustedes más