12. La incertidumbre
He de admitir que Sheis tiene una forma algo particular si se podría decir así, algo bonita de ver la vida pues quien diría que aquel hombre a quien considero ser tan pervertido posee un lado tierno que con solo esforzarse por intentar hacerme sonreír parece intentar hacer cualquier cosa.
Con sus palabras junto a sus puestas con interés de querer ver la magia que aún habita en el mundo en sí me hacía sin dudas pensar que la malicia en él solo es sinónimo de lo mal que lo ha venido pasando sabrán los cielos desde cuándo y aunque no lo quería hacer pues volvió a suceder y heme aquí justificando sus actos perversos y pecaminosos solamente porque la esencia de la maldad como tal no puede habitar en mí.
La noche con él pese a que papá no estaba y que vamos, era evidente de que estaba ante un extraño parecía ser menos pesada de lo habitual, la tranquilidad que se podía llegar a sentir en aquel momento era inusual para nada algo normal durante las noches en aquel dichoso bosque como si el mis