La vida obligó a Brooke, aquella mañana, a dejar abandonada a su hija recién nacida frente a la lujosa mansión; su situación financiera no le permitía cuidarla. Era mejor que estuviera con su padre, el multimillonario Esteban Robinson, era su deber cuidarla y hacerse cargo de ella. “Esto será sólo por un tiempo” una promesa que Brooke espera cumplirle a su pequeña Hope. Años más tarde, Brooke regresa para vengarse de la familia Robinson y recuperar a su hija. ¿Logrará vengarse de Esteban, el hombre que tanto amó? ¿Podrá recuperar el cariño de su propia hija? Una decisión equivocada, una promesa y una venganza son los hilos que tejerán esta historia.
Ler maisPor más que lo estuviese intentando, Brooke no era capaz de perdonarse por lo que estaba a punto de hacer. Se encontraba justo a la entrada, justo en el porche de Steban Robinson, llevaba ahí ya varios minutos mirando a su pequeña bebé que cargaba en brazos, apenas dos meses tenía, no había tenido tiempo a vivir nada y ya estaba a punto de ser dejada como una huérfana en la puerta de una casa. “¿Qué tipo de persona soy?”, se preguntaba Brooke una y otra vez, “¿Qué tipo de madre estaría dispuesta a abandonar a su bebé siendo tan pequeña?”.
Por más que se hubiera pasado los días anteriores auto convenciéndose de que era lo mejor para su hija, ahora ya no le parecía una buena opción en lo absoluto. Las lágrimas corrían por sus mejillas como cascadas, no era capaz de frenarlas, sentía que le estaban arrancando una parte de ella, que estaba a punto de cometer una atrocidad pero, no era capaz de mantener a su propia hija y no iba a permitir que se muriera de hambre, no bajo su cuidado.“Esto solo será por un tiempo, un tiempo prudencial, solo hasta que logre conseguir un trabajo estable con el que pueda mantener a mi pequeña, hasta que pueda darle la vida que se merece”, este pensamiento era el único capaz de ofrecerle un poco de aliento, así que se aferró a él para dejar a la bebé sobre la manta que había colocado en aquella cesta sobre el suelo, tocó el timbre de la puerta y, rápidamente, se escondió detrás de los arbustos que adornaban los laterales de la entrada a la mansión.Para su suerte, se había hecho muy buena amiga de los trabajadores en el tiempo que estuvo viviendo ahí con Esteban, el padre de esa bebé, eso le facilitó mucho las cosas, solo tuvo que hacer una llamada para garantizar su entrada a la propiedad a pesar del sistema de seguridad tan estricto que había ahí, al contar su historia, sus antiguos amigos de la mansión le brindaron su ayuda sin pensárselo dos veces.Hacia casi un año que no veía a Esteban, ni sabía nada de él así que, estar ese día ahí en la que por un tiempo fue su casa, la incomodaba demasiado, la hacía recordar los momentos que vivió en ese lugar y eso no la ayudaba en lo absoluto.¿Hubiera sido más sencillo hablar con él directamente y pedirle que cuidara a su propia hija por un tiempo hasta que ella pudiera hacerlo? Sí, por supuesto, pero él ni siquiera sabía que hacía solo dos meses se había convertido en padre, eso sin mencionar que desde el día en el que Brooke recogió sus cosas sin previo aviso él ni siquiera intentó contactarla, no le interesó saber qué había sucedido para que de repente ella decidiera terminar una relación que marchaba a la perfección.En palabras mucho más resumidas, él no era más que un patán, era idéntico a su madre aunque por mucho tiempo se hubiese esforzado por aparentar lo contrario, eran dos ramas de un mismo árbol podrido hasta la médula y, aún así, aunque no le gustara ni un poco tenía que dejar a su bebé con ellos, era la única opción que tenía.Mientras esperaba a que abrieran la dichosa puerta, ella le daba vueltas al asunto una y otra vez, pensando por enésima si habría alguna otra solución que se le estuviera escapando, sabía perfectamente bien que no la había pero tenía que intentarlo al menos, esta acción era la más dolorosa que había tenido que hacer en toda su vida, cada segundo más que pasaba era un segundo más que la desgarraba por dentro, estuvo a punto de cargarla y correr lejos de ahí a toda velocidad cuando el crujido de la madera moviéndose resonó bulliciosamente en el silencio de la propiedad.El mayordomo, un señor sumamente dulce al que Brooke conocía muy bien, salió desde detrás de la puerta principal. Ella fue testigo de su cara de sorpresa cuando se encontró delante de sus ojos a la bebé en el suelo. No le tomó mucho tiempo notar el papel que se encontraba enganchado de la manta por un imperdible. Brooke se había tomado mucho tiempo para seleccionar cuidadosamente las palabras que escribiría en esa nota, nadie podía saber que ella era la madre, temía que si la abuela de la pequeña se enteraba, la enviaría a algún orfanato o algo por el estilo.“Mi nombre es Hope, soy hija de Esteban, mi mamá me dejó aquí en contra de su voluntad porque por mucho que le duela, no tiene los recursos necesarios para mantenerme, ella me dijo que tú serás un excelente papá y que nos llevaremos muy bien.” Esas fueron las palabras que Brooke dejó plasmadas en la nota mientras las lágrimas caían sobre el papel a medida que escribía, algo que se podía notar con facilidad debido a los borrones que estas dejaron sobre la tinta.Por un momento, el mayordomo se quedó ahí parado sin saber qué hacer, la confusión estaba clara en su rostro hasta que la voz de Esteban se escuchó desde dentro del salón.—Gregor ¿qué estás haciendo ahí parado? ¿qué ha pasado…? —su voz se detuvo en cuanto sus ojos se encontraron con la pequeña y Gregor, sin decir ni una sola palabra, le extendió la nota. Estuvo leyendo el papel por lo que pareció una eternidad, evidentemente estaba conmocionado, era lógico que no supiera qué hacer. Mientras más pasaba el tiempo, más palidecía, hasta que agachó su cuerpo fuerte y alto y tomó a la bebé en brazos hacia dentro de la mansión— No te quedes ahí congelado Gregor, cierra la puerta, tenemos muchas cosas que resolver a partir de ahora.Brooke estaba dividida, por una parte, acababa de sentir un gran alivio, sabía que su hija estaría a salvo hasta que ella fuera en su busca pero, por otro, estaba destrozada, había caído en la cuenta de que esa sería la última vez que vería a su pequeña en una buena temporada, que ya no la tendría más en sus brazos, que no la acurrucaría hasta quedarse dormida, que no escucharía más su peculiar idioma. Estaba hecha pedazos y no sabía cómo saldría del lugar tan oscuro en el que se encontraba, estaba completamente sola. Sentía como si un camión la estuviese aplastando en medio del pecho de la forma más dolorosa que existía en el mundo. Se sentía culpable, impotente por no poder hacer nada más por su propia hija que entregarla a los brazos de las personas que más odiaba, de las personas que quería destruir hasta convertirlas cenizas.Lo único que sabía y que la mantenía a flote para no perder la cordura era que debía superarse a sí misma lo más pronto posible, solo de ella dependía volver a ver a su bebé y, aunque tuviera miles de obstáculos en medio del camino, aunque le costara trabajo, aunque tuviera que comenzar una y otra vez, sabía que tenía que hacerlo, se lo debía a Hope, se lo debía a ambas, solo así podrían reunirse de nuevo y cumplir la promesa que había hecho casi un año atrás, vengarse, vengarse de todo lo que la familia Robinson le había hecho.—Sonia Robinson, no tienes ni idea de lo que se te viene encima, te destruiré de la forma más cruel que pueda hacerlo, pagarás por lo que le hiciste a la que pudo ser mi familia, más te vale cuidar tu espalda —dijo Brooke mientras limpiaba con el dorso de su mano las lágrimas que tenía en sus mejillas, a partir de hoy comienza tu fin —dijo; aquellas palabras no sólo estaban llenas de dolor sino de rabia y rencor, y más que palabras serían una promesa que la hermosa mujer cumpliría. Miró la enorme mansión antes de dar la espalda y salió caminando con paso firme.Los nervios de Esteban estaban por todo el hospital debido a los dolores incontenibles del trabajo de parto de su chica, ella había decidido que quería traer a su bebé al mundo de forma natural y eso incluía nada de epidural. Él no soportaba verla así, pero se daba aliento pensando que en breve tendría su segundo hijo con Brooke, con el amor de su vida y que, por fin, después de haber pasado tanto, de haber sufrido al extremo, el universo los había unido una vez más y esta sería la definitoria.Brooke tuvo un varón precioso al cual nombraron Joy, ella miraba a su alrededor mientras sostenía a su pequeño en brazos sin poder creer lo lejos que había llegado, sin poder creer que, al fin, después de tanto sufrimiento y dolor, estaba teniendo su final feliz. Casi todos sus seres queridos se encontraban en esa habitación con ella, Esteban a su lado, disfrutando de su hijito y Sol y Massimo en la esquina opuesta, sentados en un pequeño sofá sonriendo mientras observaban a su sobrino. Todo e
Después de la conversación que Massimo y Brooke tuvieron, ella tuvo la libertad de ir en busca de Esteban, él había estando deseando tener una oportunidad de explicarle todos sus sentimientos y no se le había dado debido a las circunstancias en las que se encontraban, pero, una vez ella lo contactó, ambos dejaron sus sentimientos claros sobre la mesa, era evidente que se amaban con locura y Esteban fue el hombre más feliz de la tierra cuando ella le dijo que el hijo que estaba esperando en verdad era suyo. Las lágrimas corrieron por sus mejillas al percatarse de que, en esta ocasión, sí tendría la oportunidad de estar junto a su mujer desde el momento en el que el bebé naciera, cuando supo que su familia no tendría que separarse nunca más. Por primera vez en mucho tiempo, eran plenos. El juicio entre Emma y Massimo no demoró mucho en tener lugar, dos semanas después, estaban dando el veredicto final y, a pesar de que ella utilizó todos los métodos y recursos que tenía al alcance de s
Justo y como Esteban había afirmado, tanto él como Massimo compartían el mismo tipo de sangre y la donación le savó la vida al CEO de la editorial, a pesar de lo delicada que estuvo su salud por cuatro largos días en los que lo mantuvieron conectado a una máquina que respiraba por él.En ese tiempo, Esteban pudo contarle a Brooke todo lo que Sandra y Gerardo le habían develado. Le explicó cómo se sentía y le pidió perdón innumerables veces. Se mantuvo a su lado todo el tiempo que podía, incluso, compartieron la custodia de la pequeña Hope y de los gemelos Costello las noches que salían del hospital para descansar un poco. Por una parte, ella sintió gran alivio, por la otra solo podía pensar en Massimo y en su recuperación y en el hecho de que los dos hombres de su vida eran familia, eran hermanos y ella se encontraba justo en el medio de ambos. No fue solo hasta que sus ojos se abrieron que ella pudo soltar un largo suspiro de alivio. Massimo era un hombre fuerte por lo que, una
Cuando Esteban llegó al lugar donde el auto de Massimo estaba volcado, el pánico se adueñó de él. Había quedado completamente impacto por la forma en la que su hermano abandonó el bar después de que él le contó todo lo que sabía. Además de ser su hermano, Esteban consideraba a Massimo como su rival número uno, era el hombre que dormía cada noche al lado de la mujer que él amaba, al lado de la mujer que había sido suya una vez, pero, a pesar de ello, Esteban no era una mala persona y, después de pensarlo unos segundos, supo que su consciencia no lo dejaría tranquilo si no se aseguraba que Massimo estaba bien, sobre todo después de la forma tan abrupta en la que se había ido de ahí.No hubo prácticamente demora entre la partida de Massimo y la de Esteban, sin embargo, el primero, había recorrido los kilómetros de la carretera a toda velocidad, tanta que Esteban no fue capaz de seguirle el ritmo, no de una forma prudente, se limitó a seguir recto y esperar encontrarlo en algún momento
De pronto, Camila se encontraba en un nuevo lugar, sus pies estaban pisando suelo inestable y no sabía qué hacer. La única noche en la que se habían visto, Rob y ella habían tenido una conexión especial, lo sintió, solo que no se permitió nada más con él porque le interesaba más su posición con Esteban Robinson que un amor verdadero. Camila no demoró mucho en pensar las opciones que tenía, o se quedaba con Esteban solo para que Rob la llevara a juicio por la custodia del bebé y Esteban descubriría que ella le había sido infiel, o, elegía vivir con Rob al mismo social que tenía mientras su hijo crecía al lado de su verdadero padre y se quitaba de encima toda la letanía de los abogados, los jueces y tener que contarle todo a Esteban. La respuesta para ella estaba más que clara, no había absolutamente nada que pensar. Demoró un par de minutos en tomar su decisión.—Espera, Rob —lo detuvo antes de que este se marchara— De acuerdo, me iré contigo. Desde el inicio sentí que tú y yo podía
Brooke se sentía llena de dudas, no quería abandonar a los gemelos, pero iniciar de cero tampoco resultaba tan fácil. Ella creció sola, al lado de su madre, sin la figura paterna que le brindara seguridad y protección; quizás por ello, era tan insegura al tener que tomar decisiones. ¿Deseaba lo mismo para sus dos hijos? No, evidentemente no. Antes de pensar en ella, debía pensar en Hope, y en aquel bebé que llevaba en su vientre. Aceptó aquella propuesta y puso lo mejor de sí para que funcionará. Necesitaba creer que la vida podía programarse como un proyecto, sin contar que existe un destino, cuyas cartas están echadas.En tanto, en la mansión Robinson, Hope está feliz con su nuevo hermanito.—¿Papá, puedo cargarlo? —preguntaba con esa mirada tierna e inocente que dejaba a Esteban a merced de su pequeña Hope.—Sólo si yo lo aguanto. ¿Vale? —la niña asintió y Esteban colocó al pequeño Gael en sus brazos. —Es pequeñito, papá. —dijo emocionada al sentir al bebé entre sus brazos
Último capítulo