Darek se detuvo a unos pasos. Su rostro era el mismo… pero algo había cambiado. Como si llevara días sin dormir. O como si llevara años atrapado dentro de sí.
—No fue por falta de querer —respondió él, sin rodeos—. Fue por miedo a que no quisieras verme.
Elena apretó los puños. El silencio entre ambos dolía más que cualquier hechizo.
—¿Qué quieres?
Darek alzó la mirada. Había fuego en sus ojos, pero no era ira. Era dolor.
—Luchar contigo. Por esto. Por lo que viene.
—¿Y crees que es así de simple? —espetó ella, dando un paso al frente—.Te fuiste, cuando se puso dificil solo te marchaste.
Él bajó la mirada.
—Lo se. Y lo siento, pero necesitaba aceptar quien soy y que no represento un peligro para ti.
Elena tragó saliva. Dolía porque era cierto, él necesitaba hacer eso solo.
—Si has vuelto es porque…¿ya aceptaste quien eres?
Darek alzó la mirada. Su voz fue baja. Casi temblorosa.
—No puedo evitar quien soy, ni para qué nací. Pero si me das la oportunidad… elegiré ser tu aliado. No por e