Las discusiones entre Fedor y su hijo fueron cada vez más frecuentes, luego de la muerte de su esposa, intentaba ser un hombre libre, uno sin un paradero fijo, pero debido a aquel enorme problema con Andrei su paciencia había desaparecido.

—¿A dónde pretendes ir padre? —cuestionó Nikolay observandolo de medio lado.

—Eres mi hijo, no mi niñera, estoy aburrido de estar metido en esta casa, el ambiente que ha dejado tu madre me repudia, quiero salir y disfrutar de mi vida, no pasaré el resto de mis días esperando que la inútil de Irina aparezca.

»Los dos sabemos que intentar encontrarla es una estupidez, Dmitriy la tiene en sus manos y por nada del mundo la liberará, tarde que temprano Andrei tendrá que hacerse a la idea que nunca la podrá tener; y nosotros que tendremos a un peligroso enemigo más yendo por nuestras vidas —habló Fedor mostrando seguridad con sus palabras.

—Luego de todo lo que ha sucedió he analizado las cosas detenidamente, ni siquiera fuiste capaz de asistir al sepe