Dmitriy llegó al patio trasero, Mijaíl se encontraba sentado sobre un pequeño trozo de madera, sosteniendo un cuchillo en la mano, ante la presencia de su jefe rápidamente se levantó. —Señor, todo se encuentra preparado —Dmitriy asintió levemente y camino directo aquella caja de madera.Como si se tratara de un animal con tan solo unos pocos pequeños agujeros ingresaba oxígeno hacia el interior.—Abran la caja —ordenó Dmitriy, de inmediato sus hombres con herramientas destaparon aquella sorpresa.En el interior se encontraba Andrei, atado a una silla como si se tratara de un animal salvaje, Dmitriy se retiró el saco, se recogió las mangas de la camisa y se dispuso a disfrutar del momento.—Retiren la venda de su boca —indicó Dmitriy a sus hombres, y ellos obedecieron.—Dmitriy Romanov, es un verdadero gusto estar nuevamente frente a ti —habló Andrei levantando levemente el rostro hasta conectar la mirada con su captor.—No te creas tan afortunado, porque el gusto es mío, no logras im
Dmitriy Andrei caminaron en círculo, sus miradas se cruzaron como rayos de fuego deseando lo peor para el contrincante, por un lado estaba Andrei, un psicópata, un maníaco, un hombre al cual se le debía temer por su manera de actuar de manera sigilosa como un feroz lobo merodeando en medio de las ovejas aferrado a su realidad distorsionada.Del otro costado se encontraba Dmitriy, un hombre aferrado al amor por su familia, un hombre que había puesto los intereses de los demás antes que los suyos, un hombre nuevo que finalmente supo lo que era amar y ser amado, un hombre que estaba dispuesto a destruir el mundo por su hogar y al mismo tiempo ser tan dulce y tan tierno como sus seres queridos se lo pidieran. Andrei sediento de odio se lanzó sobre Dmitriy, los primeros golpes plegaron contra los brazos, Dmitriy de manera ágil lograba cubrirse y al mismo tiempo esquivar, a través de un pequeño espacio que había entre sus antebrazos lograba visualizar los movimientos de su enemigo. Andrei
Irina estiró el brazo en dirección de dónde se encontraba su amado, dando pasos cortos se acercó, en aquel momento la noche se hizo más oscura, mordió sus labios tomando aliento para poder hablar, una fuerte presión en el pecho impedía que lo hiciera. —¡Dmitriy, Dmitriy, Dmitriy...!, amor por favor no nos dejes, no me abandones, te amo y te amaré siempre, ¿por qué tenías que enfrentarte a este desgraciado, por qué lo hiciste —con un tono de voz descargado se dirigió al único hombre que había amado en toda su vida.—Irina, amor, ¿qué estás haciendo aquí?, regresa a la habitación, no te encuentras segura en este lugar —respondió Dmitriy con la voz agitada luego de aquel duelo.—Si tu mueres estaría rompiendo tus promesas, ¡te odio! —le gritó levantando las manos llevándolas directo hasta su cabeza lamentando lo sucedido—. Te odio Dmitriy Romanov, te odio con todas mis fuerzas porque eres un egoísta, colocaste primero tu ego que tu responsabilidad como padre y esposo. —Te exijo que cum
Días más tarde. Dmitriy se encontraba recostado sobre la puerta de la habitación de los niños, disfrutaba verlos jugar, su vida había cambiado de manera drástica, no había nada más que le apasionara que compartir con sus seres queridos. Luego de haber acabado con Andrei, la tranquilidad se podía respirar desde lejos, Irina se acercó, lo tomó de la cintura y besó su mejilla.—Hola cariño, sabía que te iba a encontrar en este lugar —Dmitriy sonrío y luego giró su cuerpo. —Ellos emanan paz y tranquilidad, solo nos tienen a nosotros, y si algo nos llegara a suceder quedarían solos, no puedo soportar el simple hecho de pensar que tendrían que sufrir en nuestra ausencia.—Entonces procura cuidarte y estar siempre para ellos —interrumpió Irina—. No me gusta escucharte hablar de esa manera, siempre estarás con nosotros, hemos tenido que luchar siendo perseverantes para que las cosas se dieran y ahora que lo tenemos... No puedes rendirte. »Piensa en ellos, piensa en tus hijos que vienen en
Meses más tarde.Luego de que Dmitriy entregó el puesto de la mafia, y vendió los resultados de su trabajo salió del país junto con su esposa e hijos, todos están encantados con los cambios que Dmitriy hizo por el bien de la familia.Irina disfruta el amanecer, el clima, el ambiente y por supuesto el atardecer, todo ha hecho que se sienta de manera cómoda. Luego de despertar llevó la mirada a su alrededor, su esposo no se encontraba, se levantó y fue directo a un pequeño balcón.—Hermosa vista —Irina se acercó y lo abrazó—. Este es el mejor lugar que he visto en toda mi vida, extraño a mis padres, me gustaría traerlos con nosotros.—Buen día cariño, la belleza de este lugar combina perfecto con el color de tus ojos y tus hermosos labios —Dmitriy se dio vuelta y la besó.—No te aproveches, estoy muy embarazada, pero una vez que estos pequeños estén fuera de mi vientre no te dejaré dormir —espetó Irina y luego mordió su labio inferior.—Estas vacaciones me agradan, aunque me canso de ha
Cuatro años más tarde.El lugar se encontraba decorado, serpentinas y globos colgaban de un lugar y de otro, el patio trasero se encontraba lleno de invitados; Dmitriy ya no se veía como aquel hombre preocupado y lleno de problemas que un día lo fue, ahora se veía sonriente como cualquier persona. Bebidas y comida había de sobra, Dmitriy se encontraba hablando con sus nuevos amigos y vecinos, cuando sus hijos llegaron de a montón.—Papi, papi, Miguel me está molestando con el globo de agua —sé quejó Antonio.—Eso es mentira papá, Antonio lo único que busca es que me llames la atención, solo intento divertirme con todos los regalos que nos han dado, este es el mejor cumpleaños, me encanta que todos nuestros amigos hayan podido venir —se excusó Miguel. —Basta niños no peleen y menos frente a los invitados, ahora vayan y continúen divirtiéndose —Dmitriy colocó las manos sobre sus cabezas y sacudió los cabellos.Antonio y Miguel eran dos pequeños idénticos a su padre, pero con el caráct
Felices por siempre. 20 años más tarde. Irina se sentía la mujer más feliz del mundo, era dueña y manejaba a su gusto una de las más grandes, poderosas, y reconocidas firmas de abogados, se sentía libre al no estar bajo la sombra de nadie, llevaba la vida que siempre soñó.Claro está que era mucho más de lo que un día llegó a imaginar; en aquel negocio se movía como pez en el agua, sus labores hacían que estuviera ocupada la mayor parte del tiempo, era apasionada por dar lo mejor de sí y esforzarse en conservar la reputación de su negocio. Los gemelos eran responsables, colaboraban en la firma de abogados, sin importar su edad, siempre fueron los consentidos de Irina, siempre les dio el cariño y el acompañamiento, guiándonos para que se formaran por el mejor camino.Antonio y Miguel ya no eran aquellos chicos busca pleitos, daban la vida por sus padres, además de esforzarse para llegar a ser unos poderosos y distinguidos abogados como su madre, eran dos apasionados por el deporte,
Dmitriy, el amo de la mafia.Moscú/ RusiaLuego de un largo viaje Dmitriy se encontraba de regreso en su país, estiró el cuerpo y acomodó su traje una vez que descendió del avión. Los autos al igual que sus guardaespaldas esperaban por él, debido a su oficio lo único que lo hacía feliz era estar al lado de su esposa.A la distancia su hombre de confianza se acercaba velozmente mostrando en su rostro preocupación, en la mano sostenía el móvil.—Señor...—¿Qué sucede?, ¿por qué actúas como si fueras un novato? —indagó mostrando su frialdad mientras se acercaba a uno de los autos. —He recibido una terrible noticia —Dmitriy continuó avanzando sin mostrar importancia, lo único que deseaba era estar en su casa y abrazar a su esposa—. Señor... Se trata de tu esposa —al escuchar aquellas palabras él sé detuvo.—¿Qué sucede con ella? —Dmitriy giró su cuerpo quedando frente a su hombre de confianza.—Yendo de regreso a la casa fueron interceptados, acabaron con los hombres a cargo de su segur