BLAIR

Me quedé con los ojos bien abiertos, y cientos de hilos empezaron a juntarse en mi cabeza.

Había contemplado la posibilidad de que el tío Robert tuviera un papel en todo esto, pero no así, no… Mi mamá era su hermana, su hermana menor, de sangre, su familia. ¿Cómo podías lastimar así a la familia?

«La chiquilla no debe ser un problema». La frase resonó en mi cabeza, en tanto veía que Dom salía del cuarto, pero fui incapaz de reaccionar, estaba en blanco.

Él volvió poco después con una laptop entre manos, no la que solía usar siempre, y se sentó a mi lado en la cama. Tecleó algunas cosas y, tras tener acceso, se movió por algo que me pareció un servidor externo y buscó entre varios ficheros, hasta que abrió un archivo en el que se veía un mapa y unas fotos, además de texto.

Me acomodé en la cama a su lado cuando me hizo una seña.

—Estos terrenos estaban en puja hace veintiséis años, una venta de parte de una multinacional. —Rodeó con el cursor un espacio en el mapa en lo que solía