BLAIR
—Entonces… ¿quedará una cicatriz? —inquirí, un tanto nerviosa por la posible respuesta.
—Te quedará alguna cicatriz de guerra en el cuero cabelludo, eso es seguro, pero no creo que sea tan grave como piensas.
Suspiré, sin saber si sentirme bien o mal por eso, y Ulrik se alejó. Me habían trasladado a una habitación privada, al igual que Grace, y ahora, siendo las siete de la mañana, esperábamos a que el médico viniera a revisarme.
—Sabe mucho de medicina, señor Jantzen —comentó mi abuelo, que se encontraba en el cuarto junto a Celia. Ray estaba en la escuela contra su voluntad.
Dom, que se encontraba al otro lado de la cama, lo miró sonriente y asintió con la cabeza.
—Eso es porque Rik es médico, señor Rymer. Se especializó en farmacología y otras cosas, pero es un gran médico.
—Oh… ya veo. Soy un poco ajeno al rubro de la salud, pero es bastante interesante —contestó el abuelo y le sonrió a Ulrik—. Sí que tienes amigos interesantes, Dominik.
—Estudiamos juntos —contestó el pelir