BLAIR
Me quedé de piedra al ver a la chica que se apareció de la nada. Era una rubia que usaba tacones altos, delgada y vestía con elegancia, con un bolso en la mano más caro que mi salario de todo un año.
—¡Domi, cuánto tiempo sin verte!
Aquel llamado me hizo fruncir un poco el ceño, y me vi separada de quien se suponía era mi pareja en un instante.
—Nicole, ¿qué haces aquí? —fue lo primero que dijo el pelirrojo antes de poner distancia entre ellos.
Él parecía desconcertado, y solo entonces me di cuenta de que estaban hablando en inglés.
—¡Vine a la boda real, por supuesto! Mi padre fue invitado, y como mamá está quebrantada de salud, lo suficiente para no poder venir, él sugirió que yo lo acompañara.
—Ya veo…
Me fijé en Andrew y en Hannah. El primero parecía sospechar de algo, y la segunda se veía tan sorprendida como yo.
—¿También vienes a la boda? —inquirió la recién llegada y volvió a pegarse a él como un chicle—. ¿Qué tal si comemos algo?
Vi a Dominik fruncir el ceño y supe que