Cap. 197: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
Cap. 8: Los príncipes no existen.
Axel salió entre furioso y algo contrariado del apartamento de su novia, agarró su móvil, hizo una llamada importante.
—¿Te da permiso tu esposa para tomarte un trago con tu hermano menor?
Del otro lado, Logan soltó una carcajada.
—No necesito permiso, idiota. ¿En dónde nos vemos?
—Te paso la dirección. Es un bar de jazz, elegante… tranquilo.
Media hora después, Logan cruzaba la puerta del local. La música envolvía el ambiente con notas suaves. Las luces eran cálidas, el piano sonaba como una caricia en el aire. En una mesa de rincón, Axel lo esperaba con dos copas servidas.
—Te ves tenso —dijo Logan al sentarse.
—Porque lo estoy —respondió Axel, tomando un sorbo—. Hoy, en mi despacho, hubo una situación… complicada. Una mujer, de limpieza. Parece estar en una situación de maltrato. Lo supe por lo que dijo su hija.
—Yo no soy abogado, soy arquitecto —intervino Logan, relajado—. El experto en esas cosas eres tú.
—Lo sé. Pero no es tan fácil. No tengo