Cuando Michael entró a la habitación, encontró a Elizabeth con la frente perlada de sudor y con un semblante pálido.
—¿Qué tienes nena? —preguntó él confundido.
—Es solo que… nada, tuve una pesadilla —dijo ella tratando de regular su respiración.
Michael arrugó las cejas. Por su mente pasó que había algo más, pero no quiso indagar más en el asunto. Llamó a la enfermera y le pidió que le quitarán la hidratación y que le dieran el alta a Elizabeth. Unos minutos después, ya ambos estaban de nuevo en la camioneta. Elizabeth miraba por la ventana hacia la clínica con un tinte de nervios y angustia en sus ojos.
—¿Ocurre algo? —preguntó Michael preocupado.
—Es que… creí ver a mi padre en mi habitación. Sé que él murió, pero. ¿Y si no? La muerte de papá fue rara Michael. Si Austin está vivo. ¿Por qué fingió su muerte? —preguntó Elizabeth preocupada..
Michael casi abrió la boca sorprendido. ¡Era imposible que Austin estuviera vivo! Que hubiera dejado su fortuna a manos de Christopher, cu