Alisson había bajado a almorzar al restaurante de la empresa. Estaba sentada junto a una de las mesas, con la laptop frente a ella y el ceño fruncido mientras revisaba algunos documentos. Había pedido un salmón a la plancha con un poco de arroz y ensalada, pero apenas había picoteado la comida. Tenía el estómago revuelto y sentía como si un montón de abejas asesinas brincaran en él. La imagen del miembro de Christopher no se apartaba de su mente y no la había dejado dormir en toda la noche.
—¡Tienes que concentrarte! —se dijo a sí misma mientras tomaba aire por la boca.
Pero, ¿cómo iba a hacerlo? ¡Tenía más de tres años sin tener relaciones con un hombre! Estaba en una abstinencia que la estaba matando, además de que… ¡Ese animal que tenía su exesposo se veía demasiado apetecible! Tragó grueso y estiró la mano para tomar el agua que tenía enfrente e intentar que, con eso, se apagara el fuego que la consumía.
Pero sabía que eso solo se iba a apagar con una sola cosa.
—Alisson —dijo una