Anya fue dada de alta horas después. Emerson apareció.
Ella le mirò con ojos severos.
Denver los dejó a solas.
—¿Por qué me dejaste sola? —exclamó.
Él se acercó y acarició su rostro.
—Lo lamento, amor, tuve que ir a encargarme de que Dennis Franco nunca pueda volver a herirte.
Anya abrió ojos gigantes.
—Emerson, ¿qué hiciste? —exclamó con angustia.
Él se acercò, acunó su rostro, besó sus labios.
—No hice nada, fue èl quien selló su destino. La gente mala es así, Anya, hoy lo entendí. Los que obran mal, tarde o temprano cosecharán su siembra, y serán arrastrados por las consecuencias de su maldad.
—Lo sé, pero… dime, ¿qué pasó?
—Lo denuncié, de inmediato giraron una orden de arresto en su contra. èl pudo aceptar que se equivocó, y que debía pagar por su crimen; en cambio, como un cobarde, decidió huir. Sin embargo, la policía lo detuvo. Dennis era tan idiota. Anya disparó a los policías.
Anya abrió ojos enormes.
—¿Y qué pasó?
—Bueno, está muerto.
Anya hizo un gesto de es