Cap. 87: El amor no tiene edad.
Cap. 4: Una charla que abre puertas.
Stella había dejado a su bebé en su habitación en la cuna, y se encontraba en la habitación de Verónica, ya había abierto el armario y estaba sacando vestidos, blusas y pantalones como si estuviera planeando un desfile de moda.
—Esto es demasiado formal. Esto es demasiado aburrido. ¡Ah, esto es perfecto! —exclamó finalmente, sosteniendo un vestido sencillo, negro y ajustado, que Verónica no recordaba haber usado en años.
—Ni lo sueñes —protestó Verónica, quitándole el vestido de las manos—. No voy a una gala. Además desde cuando tú Stella Hampton que se vestía como tan anticuada, me da clases de moda —cuestionó.
Stella soltó una carcajada.
—Desde que conquisté al bombón de esposo que tengo. —Sonrió—, pero no estamos hablando de mí sino de ti, vas a la casa de un hombre viudo que claramente se ve interesado —insistió Stella, riéndose cuando Verónica frunció el ceño.
—No digas tonterías.
—¿Tonterías? Vero, te mandó flores, esa es una señal. —Se que