Cap. 78: Aquí se construyen familias.
Stella abrió los ojos de golpe, incorporándose en la hamaca con una exclamación alarmada:
—¡Verónica!
Mike, quien estaba profundamente dormido a su lado, se despertó sobresaltado.
—¿Qué pasa? —preguntó, frotándose los ojos mientras se incorporaba rápidamente.
—Me olvidé de avisarte que Verónica llegaba hoy… —Stella llevó una mano a su boca, su expresión de angustia creció—. ¿Qué hora es?
Mike miró su reloj con calma, aunque su futura esposa claramente estaba lejos de estar tranquila.
—Son casi las cuatro de la tarde.
—¡Oh por Dios! —exclamó Stella, llevándose las manos a la cabeza mientras se levantaba con la ayuda de Mike—. ¡Debió haber llegado hace una hora!
Mike, sin decir una palabra más, la ayudó a bajar de la hamaca y caminaron juntos hacia la hacienda. Una vez dentro, Stella fue directo a su móvil, que estaba sobre la mesa en la sala principal. Al tomarlo, vio varias llamadas perdidas y algunos mensajes de texto.
—¡Verónica! —exclamó con voz ansiosa mientras llamaba. El teléfon