Cap. 59: ¡Vamos a encontrarla!
Mike estaba en el salón principal de la mansión familiar, sentado en uno de los sofás de cuero junto a sus padres, Luciana y Miguel. Había pasado semanas desde que Stella desapareció sin dejar rastro, y cada día sin saber de ella aumentaba su angustia. Sostenía un vaso de whisky, que apenas había tocado, mientras su mirada se perdía en el fuego que chisporroteaba en la chimenea.
—No entiendo por qué se fue —dijo con voz quebrada, rompiendo el silencio—. No sé qué hice para que me alejara de esa manera, para que no me deje estar con ella… con mis hijos.
Luciana, sentada a su lado, le puso una mano en el brazo, intentando reconfortarlo. Su mirada reflejaba preocupación y ternura.
—Mike, hijo, no te tortures. Es evidente que Stella está herida, pero debe haber una razón detrás de lo que hizo. Tal vez pensó que alejarse era lo mejor para los bebés.
Mike negó con la cabeza, sintiendo cómo el peso de su arrepentimiento lo hundía aún más.
—La amo, mamá. No puedo dejar de pensar en ella ni un