Los jardines del exclusivo lugar brillaban bajo el sol del mediodía. Los arreglos florales, en tonos blancos y dorados, estaban colocados con una perfección digna de una obra de arte. Invitados de renombre, desde empresarios hasta celebridades, se paseaban por los senderos de mármol, vestidos con la más alta elegancia. Prensa, fotógrafos y camarógrafos se movían de un lado a otro, capturando cada detalle del evento que ya había sido bautizado como "la boda del año".

Marypaz, la prima de Mike estaba junto a Dafne en una esquina del jardín. Ambas observaban cómo los invitados intercambiaban saludos y los reporteros entrevistaban a los asistentes más destacados.

—No puedo creer que Mike… —corrigió rápidamente— Mike esté haciendo esto. Esa mujer es insoportable —dijo Marypaz, frunciendo el ceño mientras observaba de lejos a Evangeline, quien estaba rodeada de un ejército de maquilladores y estilistas.

—Lo sé —respondió Dafne, con su habitual tono directo—. No sé cómo alguien tan inteligen