Cap. 110: El amor no tiene edad.
Cap. 28: ¿Estás jugando a la familia feliz?
Al día siguiente. Era tarde cuando Alexander llegó con Emily a la fábrica. Verónica estaba en su oficina, revisando los últimos detalles de un pedido importante. El sonido de unos golpecitos en la puerta la distrajo, y cuando levantó la vista, vio a Alex entrando con Emily detrás de él, sosteniendo una pequeña bolsa en la mano.
—¿Qué hacen aquí a estas horas? —preguntó Verónica, sorprendida pero con una sonrisa que no pudo ocultar.
—Vinimos a invitarte a cenar —respondió Alexander, apoyándose en el marco de la puerta con su habitual aire de confianza.
Emily dio un paso al frente, levantando la bolsa.
—Te trajimos tu postre favorito. ¡Solo tienes que decir que sí! —exclamó con entusiasmo, y sus ojos brillando de emoción.
Verónica dejó escapar una risa suave, cerrando los documentos que tenía en el escritorio.
—Está bien, no puedo decir que no a una invitación tan convincente.
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En el restaurante, Emily no paraba de hablar mientras cortaba