Al caer sobre él no sólo sentí su pecho, también sentí la dureza debajo de su pantalón. Me quejé.
-¡¿Esto es en serio Keller?!
El idiota sólo sonrió casi con orgullo.
-¿Qué pasa?
-¡¿Cómo que qué pasa?! Estás... Estás...
-¿Duro? ¿Excitado?
Mis ojos se abrieron como dos gigantescos pozos y sentí como comenzaba a sonrojarme.
-S... Si...
-Ja ja ja.
-¡¿De qué te ríes?!
Quería levantarme de encima de Adam pero sus manos ya habían rodeado mi cintura, era muy fuerte impidiéndome levantarme.
-¡Déjame levantarme!
-¿Por qué? Estoy disfrutando esto...
-¡Eres un idiota, ayúdame..!
-¿Si te ayudo, te quedarás aquí?
-¡No..!
-Emma...
-¡Ya te dije que no! Por favor, déjame ir.
-Emma por favor.
-¡¿Para qué quieres que me quede?! ¿No dijiste que era mejor que recapacitara y huyera para no casarme contigo?
-Yo... Emma yo... No sé bien lo que estoy diciendo...
-¿Qué?
-Ha sido una noche y una mañana terrible para mí. Por favor no te vayas, deja que se me pase la embriaguez y te explicaré todo. Sé que me est