~ Narra Evanya ~
Habían pasado dos días desde que me había refugiado en aquel hotel de mala muerte. No podía quejarme demasiado; después de todo, hubiera sido peor estar en la calle, expuesta y a merced de ese mafioso.
No había salido de estas cuatro paredes en todo ese tiempo. Me había mantenido pidiendo comida rápida que el hotel ofrecía y había intentado aventurarme fuera, pero justo cuando puse un pie fuera de la habitación, escuché rumores sobre hombres que buscaban con desesperación a una chica. Eso fue más que suficiente para mantenerme encerrada.
Cada instante era una tortura: sentía el peligro respirándome en la nuca. El sudor perlaba mi frente, aunque el aire acondicionado estuviera a toda potencia.
Mis sentidos estaban alerta constantemente, siempre vigilando por la ventana para reconocer a cualquiera de esos hombres. Cuando alguien tocaba la puerta, me preparaba, esperando que fuera solo el personal del hotel y nada más. La tensión no me dejaba respirar; cada sonido se con