~ Narra Evanya ~
Corrí sin mirar atrás, sintiendo cómo el corazón me golpeaba el pecho con tanta fuerza que apenas podía respirar. Doblé por un pasillo estrecho y me oculté tras una puerta entreabierta que daba a una zona de mantenimiento.
El aire olía a combustible y metal, tan fuerte que me quemó la garganta, pero no me moví. Me pegué a la pared, conteniendo el aliento mientras los pasos de los hombres retumbaban cada vez más cerca. Podía oírlos gritar mi nombre, su furia llenando el pasillo como una amenaza viva. Cerré los ojos con fuerza, rogando que no me descubrieran. Entonces, el ruido se fue apagando poco a poco, hasta que solo quedó el silencio… y el temblor de mis manos al comprender que, por un momento, había conseguido burlar al mismísimo Alistair Ferraro.
Cuando supe que había perdido de vista a aquellos hombres, salí del lugar donde me ocultaba y crucé una puerta alterna que conducía directamente hacia la salida del aeropuerto. El aire frío del exterior me golpeó el ros