Capítulo 7
Camila no había dormido ni un minuto. Pasó la noche llorando en esa pequeña habitación de servicio que le habían asignado, con el único propósito de mostrarle su nueva realidad, ya no era la hija del poderoso político.
Sentía un vacío en el pecho, las lágrimas no paraban, sentía que ya no tenía fuerzas, que la vida la jabi condenado antes de empezar, que el alma la abandonaba ¿Acaso la felicidad no era para ella?
Apenas abría los ojos cuando el sol le golpeó la cara, pero lo que la despertó completamente fue un golpe fuerte en la puerta que la hizo saltar de la cama
—¡Camila! ¡Abre la maldita puerta —Era su pesadilla, Luciano.
Camila se levanto con el corazón en la garganta aún asustada por el ruido, Apenas la abrió unos centímetros, pero el empujó la puerta haciendola retroceder, un vestido blanco le fue lanzado directo a la cara.
—Ahí está tu maldito vestido, Hoy te casas conmigo —dijo él, con la voz ronca mientras gruñía furioso.
—Estás borracho —murmuró ella, con los o