Por Alice.
Estaba aturdida.
La vida al lado de Alberto me parecía algo mágico.
El amor que sentíamos era más profundo que el océano, más inmenso que el cielo.
Me di cuenta de que no es tarde, veo en los ojos de Alberto que es capaz de hacer todo por recuperarme.
Esos días, Alberto no me dejaba ni a sol ni a sombra, cada instante que yo tenía libre, él estaba a mi lado.
Decía que tenía miedo a perderme.
-Nunca olvidé te sonrisa, pero lo más impactante era cuando en medio de la noche, con la luz apagada, sentía tu mirada, fija en mí.
Lo miré sin saber que contestarle.
-Pueden pasar más de mil años y muchas vidas, pero jamás te voy a olvidar, no quiero perderte, quiero tenerte en mis brazos todo el tiempo.
-Tenemos toda la vida para nosotros.
Le dije con seguridad.
- ¿Podemos hablar con tus padres?
-Después del lanzamiento de Vifrut, la última semana hay ensayos, y mil cosas que ajustar.
- ¿Van a ir a la presentación?
-No lo creo, no suelen inmiscuirse en mi trabajo, menos en el trabajo