Lucia POV

Me desperté con un grito atrapado en el pecho, pero nunca llegó a salir de mis labios. Mi boca estaba cubierta, pegada con cinta apretada que tiraba de las comisuras de mis labios, y mi mandíbula dolía por la presión. Mis brazos estaban atados por las muñecas, cortando la circulación, y mis piernas rígidas y frías. Intenté moverme y un dolor recorrió todo mi cuerpo. Mi cabeza latía violentamente, y mi visión se nublaba, medio ciega por el ardor de la sangre y el agotamiento.

El aire era espeso y húmedo, olía a moho, putrefacción y piedra vieja. Me di cuenta de inmediato de que estaba en algún lugar subterráneo, una habitación que no estaba hecha para que nadie viviera allí. Las sombras se aferraban a las esquinas como buitres, esperando. El goteo bajo del agua resonaba, cada gota golpeando el suelo de piedra como un reloj que contaba el tiempo. Mi mente gritaba por escapar, por moverme, por aire que no supiera a tierra.

Intenté recordar cómo había llegado allí. Manos ásperas