No me atrevo a preguntar algo más, porque siento que en cualquier momento podría morir y nadie sabría porque, por eso, calmo mi agitado corazón y agradezco no sufrir una enfermedad cardiaca que me impidiera vivir para contarlo.
— Esto es inaudito.— Gano bastante dinero, querida. Incluso como ingeniero tengo un buen ingreso, así que, no temas por tu futuro, cuando todo está bajo control. — dice Arnold sonriéndome.— Esto es mucha información para mí.— Tú preguntaste y como hablamos hace semanas, te seré sincero con cada cosa que me preguntes.— Esa sinceridad… no sé… me resulta demasiado. — susurro.— Seguramente es porque estás agotada, has tenido una mañana entretenida con tantos vestidos por colocarte. — dice Arnold tomando mi mano.‘Ten cuidado, su mano debe estar evaluada e