Me libero, la prisión en la que tenía mi parte lujuriosa para que no saliera, se suelta mientras mi parte racional duda si es correcto usar mi cuerpo para que se quede esta noche.
‘Recuerda las consecuencias, Eva. Lo quieres, sí, te quiere, de eso no tengo dudas, pero, un paso en falso puede arruinarlo todo.’ Me digo mentalmente. — No estoy jugando, Arnold. Quiero esto. — ¿Qué quieres? — pregunta él con una mirada lista para lo que desee, incluso parece que está listo para lanzarse a un rio o correr una maratón, si es eso lo que le pido. ‘Ha cambiado mucho.’ Me digo mentalmente. Me gusta el hombre que veo frente a mí, uno que me demuestra que me quiere con cada parte de su cuerpo y que no solo soy para satisfacción sexual como muchas veces sentí que era así como me veía. ‘Él me ve como la esposa que nunca ha dejado que sea y yo ya lo veo como mi esposo, porque ha actuado como tal… lo merece.’ Me digo mentalmente. Por eso, acaricio su r