Entro a la habitación donde todo está en orden, pero, antes de entrar, los nuevos escoltas entran y confirman que el lugar es seguro, por lo que, entramos para poder acostar a mi hijo en la cama pequeña que lleno de almohadas a su alrededor.
— Te busca incluso cuando duerme, así que, no podría separarlos porque necesite tu ayuda. — ¿Soy alguien que puede ayudarte? — Antes no lo creía posible porque huías de la violencia. Pero, con lo que hiciste con los lideres, sé que puedes ayudarme, solo que me ayudas más cuidando de nuestro hijo. — dice Arnold. Me acuesto en la cama y él continua con sus masajes, pero, eso hace que me comience a sentir somnolienta, por eso, me levanto de la cama, porque realmente no quiero que se marche. — ¿Qué sucede? — pregunta Arnold. — Necesito darme una ducha, ya regreso. Recuerda, no puedes irte hasta que me duerma. — le recuerdo y él asiente. — Eso haré, no te preocupes. — dice Arnold y yo entro al baño y me ducho con ag