Me quedo sorprendida, porque es imposible que en lo irrefutable él se atreva a salirme con esto. Es inaudito y sorprendente, pero, ¿Qué esperaba yo? En los ojos de alguien que para él soy infiel, no importan las evidencias que le muestre, siempre seré la mala.
Por eso, ni me sorprende que me salga con algo así y que se esfuerce por no reconocer a su propio hijo. No me importa, ya, afecta que sea un completo imbécil y que mi hijo pueda heredar su estupidez, pero, eso no lo matará.— Entonces, en tu mente yo me he revolcado con Lucca, ¿podrías decirme si ese Lucca ha sido alguien que me has presentado o algo así? — pregunto curiosa.— No actúes como si no supieras quien es.— Sigue hablando, Arnold. Regocíjate en tu mundo de mentiras donde yo soy la villana y asegúrate de hacer mi personaje lo más cruel posible, Arnold. No me importa, lo