Rafael habló con determinación y dureza, su cabeza estaba completamente irritada por tener que ver como ella sonreía de esa manera.
—No mereces sonreír, no mereces ser feliz —musitó con rabia.
—¿Crees que no lo sé? No tienes por qué venir a recordarlo.
Él la sujetó con fuerza evitando que ella pudiera tan siquiera moverse unos cuantos centímetros..
—Max me hartó esta noche con su insistencia para que volvieras, no tienes otra opción.
—Te equivocas Rafael, sí tengo otra opción. No volveré a trabajar contigo.
—La que se equivoca aquí eres tú, vas a volver, porque no creo que quieras ver qué tan mal lo va a pasar Max. A mí nadie me reta como él lo hizo y me importa muy poco que sea a quien quieres, tengo formas de salirme con la mía.
Él la soltó, sentía rabia e impotencia de que las cosas no salieran como él las quería.
Había tomado una decisión, pero si las vueltas de la vida lo habían puesto en el mismo lugar que ella, no pensaba descansar hasta hacerle derramar hasta la última d