Rafael salió del despacho con gran rapidez al escuchar el golpe, vio a personal del servicio reunidos y en ese momento imagino lo peor, se hizo paso y miró a Zoe, ella estaba inconsciente allí.
—¿Qué sucedió?
Una de las empleadas estaba impactada, demasiado como para hablar, sus ojos estaban llenos de lágrimas y en su rostro había una sorpresa para nada buena.
—¿Qué sucedió? —volvió a preguntar él esta vez subiendo su tono de voz, la mujer lo miró y negó con su cabeza—. ¡Habla de una buena vez!
—Estaba pasando y la señora… la señora se lanzó por las escaleras —dijo la mujer tartamudeando.
Rafael sintió un frío recorrerlo por completo al escucharla, rápidamente se agachó para verificar si estaba… viva.
—Llame a una ambulancia ya —ordenó y comenzó a revisarla— aguanta Zoe, aguanta por favor.
Ella abrió sus ojos y le dio una sonrisa e intentó tocar su rostro
—Mi bebé, por favor salva a mi bebé —ella susurró, con voz débil.
Rafael sintió la desesperación recorrerle todo su cuerpo, n