La convención anual era una oportunidad imperdible. No solo era crucial para nuestra empresa, sino que también parecía la excusa perfecta para darle a Firenze una mayor proyección en el sector. Además, Kelly coincidía en su visita, así que decidí integrarla en el plan. Sabía que para ella, cualquier experiencia nueva podía ser beneficiosa para su crecimiento profesional.
Kelly y Firenze se llevaban bien, demasiado bien quizá. Sus risas y charlas llenaban los trayectos hacia las conferencias. Parecían dos amigas de toda la vida, lo cual era un alivio… pero también me ponía ligeramente incómodo. Había una familiaridad en su relación que hacía que todo pareciera más oficial, aunque yo todavía no lo reconociera.
La primera noche, durante la cena, Kelly soltó la noticia.
—¿Cómo se enteró Katherine de este viaje? Ya te imaginas lo que anda diciendo sobre Firenze.
El comentario cayó como una bomba en la mesa. Firenze dejó su tenedor a un lado, pero no dijo nada. Yo no pude contenerme.
—¿Qué