Eleanor soltó un suspiro cuando escuchó la voz de Astor al otro lado de la puerta, permitiendo que entrara, justo en ese instante, iba saliendo alguien de su guardia, este hizo una pausa, dio una reverencia ante ella y salió de la habitación cerrando tras de sí.
—¿Cómo dormiste? — preguntó el demonio en cuanto la vio.
—Creo que bien…
Se interrumpió cuando sintió que la mano de Astor le tocaba la mejilla, parecía preocupado mientras inspeccionaba su rostro, ella contuvo el aliento, disfrutando su calidez y tratando de no llorar por la amabilidad mostrada.
—No estás bien, te ves muy pálida…
—Esto no es nada — le interrumpió. Astor dejó de tocarla y la miró atento a los ojos — comparado a lo que tal vez tu estes sintiendo. Yo debería ser la preocupada por ti, pero no sé cómo conducirme. Sé que he ocasionado algo irreparable y solamente quisiera que pudieras perdonarme, aunque lo que pido tal vez sea demasiado, y tal vez quieras deshacerte de mí…
Sin poderlo evitar, Eleanor derramó silenc