Pero lamentablemente él ya tenía novia, y además la consentía mucho ayudándola a tomar fotos.
Y la otra razón por la que no se atrevían a coquetear abiertamente era que la novia del chico guapo y adinerado era extremadamente hermosa, radiante y elegante, con un temperamento comparable al de una gran estrella, lo que las hacía sentirse avergonzadas de sí mismas, por lo que solo podían envidiar a esta pareja perfecta.
Después de que Daniel tomó quién sabe cuántas fotos de Celeste en su teléfono, finalmente ella se calmó.
—Envíamelas todas en un rato, voy a elegir si hay alguna que pueda subir a redes sociales —dijo Celeste.
Daniel se sintió sin palabras. Ya era suficiente con ayudar a tomar fotos, y encima lo criticaban por su técnica fotográfica.
Pero al menos finalmente había obtenido su liberación. Daniel bajó las manos y propuso:
—Señorita Bustamante, ¿no tiene hambre después de comprar toda la tarde?
Que terminaran rápido esta última comida del día, así podría llevarla a casa y fina