Durante el resto del trayecto, Leonora no dijo ni una palabra más, como si estuviera procesando este gran "cambio impactante".
Ulises sacó su teléfono y le envió un mensaje a su hermana sobre el asunto de Isabella, pero ella no le respondió.
Echó un vistazo hacia un lado y vio que su mamá aún estaba en shock sin reaccionar, parecía que el golpe había sido considerable.
Isabella era la amante con quien Lorenzo había tenido la aventura. Ya fuera por disgusto o por respeto hacia los Cárdenas, su mamá ya no se metería más en asuntos de arreglar matrimonios o hacer de cupido.
El auto llegó rápidamente al restaurante. En ese momento, en otra carretera.
Celeste conducía su Ferrari a toda velocidad, mientras pisaba el acelerador y se quejaba indignada:
—Mi mamá de verdad, ¿una cita a ciegas sin decirme con anticipación? Y encima me obliga a ir de último momento.
Y con una actitud muy firme, no ir no era opción, además había puesto un límite de tiempo: llegar en media hora.
—Ja, ja, más vale qu