Capítulo 622
Le vino una idea, si no era ahora cuándo más iba a acusar.

—Eduardo... —Celeste se detuvo, se volteó a mirar al anciano en la cama de hospital, con voz lastimera.

—¿Después puedo venir a ver a Marisela todos los días? ¿Puedo quedarme un rato más cada vez para hacerle compañía?

Eduardo sin dudarlo dijo:

—Por supuesto, puedes venir cuando quieras, quedarte el tiempo que desees, nadie te va a detener.

Celeste no respondió, solo se volteó a mirar al "guardián de cara negra" en la puerta.

Eduardo también miró hacia allá e inmediatamente entendió lo que quería decir la chica.

—Lorenzo, ¿qué te pasa? ¿Estás impidiendo que Celeste venga a ver a Marisela? —Eduardo preguntó con el rostro serio.

Lorenzo, quien había sido señalado:

—...No lo hice.

Miró fijamente a esa mujer calculadora y respondió rechinando los dientes.

—Ayer incluso mandaste a los guardaespaldas a echarme, hoy que vine, todavía dijiste que era como una mosca que persigue de cerca.

Celeste se quejó, su voz sonaba lastimada y last
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