En otras palabras, realmente había malentendido completamente a Daniel.
—Entiendo, ayúdame a...
Lorenzo se masajeó las sienes. Originalmente iba a decir que le diera las gracias a Daniel de su parte, pero de ninguna manera podía pronunciar esas palabras.
—Olvídalo, no es nada, cuelga —dijo Lorenzo.
¿Necesitaba dar las gracias? Daniel no había conseguido el medicamento especial por él, sino por el abuelo, así que no tenía necesidad de agradecerle.
Lorenzo presionó la punta de la lengua contra el interior de su mejilla, donde la herida aún le dolía un poco. No había olvidado que el otro le había dado varios puñetazos.
En ese momento, en el asiento delantero, en el del copiloto.
Como ya tenían el medicamento especial, Aurelio no olvidó las instrucciones de la señorita Bustamante, así que inmediatamente le reportó la situación.
Celeste aún no se había dormido. Al ver el mensaje se puso muy contenta, así que se apresuró a decirle a su hermano que ya no siguiera contactando gente para buscar