Al escuchar estas palabras, el conductor tenía dudas. ¿Su novia?
Esa chica parecía menor de edad, pero este hombre tenía más o menos su misma edad.
Además, mirando su ropa, no parecía para nada una persona adinerada. Si no parecía adinerado ya era suficiente, pero además llevaba mascarilla y lentes oscuros en pleno verano...
Más sospechoso aún.
Mientras él dudaba, el hombre ya había subido al asiento trasero y luego lo apuró:
—¡Vámonos ya! ¿Qué estás esperando? ¿Vas a hacer el negocio o no?
—Te pago extra, vámonos rápido. ¡Esos dos pervertidos vieron que mi novia es bonita y vinieron a molestarla!
El conductor no pisó inmediatamente el acelerador, sino que dudó un poco, haciendo que el carro se moviera ligeramente.
En ese momento, los dos hombres a un lado se acercaron más corriendo y amenazaron nuevamente:
—¡Si te atreves a irte eres su cómplice! ¡Prepárate para pasar el resto de tu vida en la cárcel!
—¡Somos los guardaespaldas de esa chica, ese hombre es un criminal, detén el carro!