En el hospital, Lorenzo llevó a Isabella a urgencias. Tras una revisión, ella yacía en la cama con los ojos cerrados, sufriendo.
—Doctor, ¿qué le pasa? Solo dijo que se sentía mareada y luego se desmayó —preguntó Lorenzo.
—Sus signos vitales son normales, al igual que su ritmo cardíaco. Probablemente inhaló una pequeña cantidad de gas que le provocó mareos —respondió el médico.
Lorenzo se quedó paralizado al oírlo. ¿Gas? ¿Entonces ese olor extraño que sintió al abrir la puerta era gas natural?
—Un accidente a esta hora probablemente significa que hay una fuga de gas en su casa. Llame a emergencias y haga una revisión inmediatamente. Si se acumula demasiado gas, podría provocar una explosión —advirtió seriamente el médico.
Al escuchar la palabra "explosión", Lorenzo recordó algo de repente y exclamó:
—¡Marisela! ¡Marisela sigue en casa!
Apenas terminó de hablar, se disponía a salir corriendo cuando oyó una tos desde la cama.
—...Lorenzo... —Lorenzo se detuvo y se giró. Isabella estaba e