Pero el señor Acosta era diferente, era demasiado "justo", ni siquiera favorecía a la hermana menor que acababa de reconocer.
Entonces, esto lo hacía parecer como si estuviera juzgando con mezquindad las intenciones nobles de otros.
El señor Acosta ni siquiera había pensado en encubrir o negar nada, mientras que él se esforzaba por defender y justificar a la señorita Fuentes, como un pobre preocupándose por los problemas de los ricos.
Durante estos minutos de llamada, la información en el correo se actualizó nuevamente.
No eran los detalles del divorcio de Lorenzo, aún no había mandado a nadie a averiguar eso, sino información sobre la señorita Fuentes.
—Señor Acosta, la empresa de modelos donde trabajaba la señorita Fuentes no solo la despidió, sino que también le está exigiendo una multa por incumplimiento de contrato de dos millones de dólares —dijo el secretario con tono serio.
Al escuchar esto, la atención de Daniel se desvió completamente, preguntando:
—¿Incumplimiento? ¿Por qué