—¿Eh? —Germán no entendía.
¿Sus palabras tenían problemas? ¿Dónde? Le parecían muy naturales y fluidas.
—Dijiste que el señor Bustamante te pidió que fueras mediador, esto esencialmente no podría ocurrir, porque yo ya estoy a mano con él, no me buscaría para mediar —dijo Marisela.
Germán no sabía qué decir.
Resulta que desde la primera frase ya había dicho algo equivocado.
Bueno, parecía que lo que Ulises había dicho específicamente antes de irse tenía sentido aquí, él no le había creído.
—Entonces ¿para qué me llamaste? —preguntó Marisela nuevamente.
—Ejem —Germán tosió dos veces un poco antinatural, sintiéndose inusualmente cohibido frente a la mujer hermosa e inteligente.
—Solo quería preguntar qué había pasado entre tú y Ulises, qué problemas tienen.
—Podrías haber preguntado directamente —dijo Marisela.
Germán: Originalmente quería indagar sutilmente, quién iba a saber que haría el ridículo...
—Está bien, la próxima vez que hable con gente inteligente como tú seré directo, sin rod