Germán dijo: —¿Ah, solo eso? Actuabas como si fuera algo que no se podía ver a la luz.
—Solo pensé que no era necesario decirlo, ya me disculpé y envié el regalo —Ulises respondió tranquilamente.
—Está bien —dijo Germán.
Ulises se fue en su auto, Germán dobló hacia otra salida, y luego marcó directamente a través del teléfono del auto.
El nombre del contacto en la pantalla era: Marisela.
¿Una relación de solo intercambiar palabras ásperas? ¿Acaso pensaba que era fácil de engañar?
Primero se puso defensivo cuando le preguntaron, luego le quitó el teléfono en el restaurante, y además se detuvo especialmente antes de irse para explicar.
Esto era demasiado problemático, era como tratar de ocultar algo obvio.
Así que tenía que entender bien este chisme, ja ja ja~
Después de unos diez segundos de timbre, Marisela contestó del otro lado, y Germán fue directo al grano:
—Señorita Undurraga, acabo de almorzar con Ulises, me dijo que tienen algunos problemas entre ustedes, me pidió que fuera medi