—Vete al diablo, nunca dices nada bueno —se rió Felipe regañándolo.
Germán miró a Celeste, con tono de hermano mayor dijo:
—Celeste, quédate aquí divirtiéndote, yo me voy primero. Otro día nos reunimos con tu hermano.
—Yo también me voy, ya estuve suficiente tiempo, ya puedo rendirle cuentas a mi hermano —dijo Celeste con una sonrisa traviesa.
Germán entendió lo que significaban esas palabras, así que este tipo de evento Ulises la había obligado a venir.
Recordando cuando ella había dicho que los fines de semana no podía salir sola, que su hermano era muy estricto, realmente coincidía con la personalidad de Ulises, así que...
¿Cómo no había hecho la conexión desde el principio?
Germán suspiró profundamente en su corazón, sintiendo que no había consultado el almanaque antes de salir hoy, hacía mucho que no pasaba tanta vergüenza, y encima frente a una hermana pequeña...
—Entonces te llevo a casa —Germán se recompuso, sonriendo.
—No es necesario, vine en mi propio auto, pero podemos sali