Aisha se detuvo en seco gimiendo en voz alta antes de dar un paso atrás horrorizada.
Su corazón comenzó a latir frenético bajo su pecho.
Eso era lo que la hembra en la biblioteca había querido advertirle y ella no la había escuchado porque de ninguna manera se lo había esperado.
No tan pronto, mucho menos que la engañarán para ir allí.
—Aisha, piensa en el cachorro. Una vez que nos casemos y nos vinculemos los dos tendremos la fuerza para liderar, acabaremos con todos los que se atrevan a desafiarnos y quieran lastimar a tu cachorro.
Sus palabras, la forma en la que la miraba incluso en la suavidad de su voz podía sentir algo extraño e intenso que la asustó.
Roderik alargó la mano hasta ella pero Aisha enseguida se apartó.
Todas esas personas la cazarían si lo dejaba allí plantado. Harían que se casara con él.
Pero luego pensó que quizás casándose con el macho podría salvar a sus hijos.
Aisha se estremeció no queriendo aquello.
Estaba volviéndose loca tan solo de imaginsrse con otro q