DOS AÑOS Y UN MES DESPUÉS:
Esta mañana no había visto a Kieran y el anhelo de hacerlo la estaba volviendo loca.
Él había tenido que ir hace un par de días al Bosque oscuro a arreglar unos asuntos con su cuñado y ella no había podido acompañarlo, no solo porque debía cuidar a los cachorros que cada día estaban más grandes y habladores, sino también, porque tenía una obligación con la manada, no solo era la gobernante del Noroeste junto a su Kieran, sino que también había llegado a convertirse en la entrenadora oficial de las hembras que se unían a las filas de la guardia real que mantenía no solo la casa de la manada a salvo, sino también toda la manada.
Aisha había entrenado mucho más duro que antes por las noches después de que sus cachorros dormían, Kieran la ayudaba, pero ahora podía hacerlo por su cuenta y entrenar a las hembras verdaderamente interesadas en ser parte de la guardia real como ella había querido cuando era más pequeña.
Al igual que Dana, la historia de Aisha había he