Después de qué hubiera exhibido a Talía frente a las personas de la manada, ella había recibido su merecido, obligada a devolver su dinero y además le habían quitado su financiamiento. En varios días cumpliría la mayoría de edad y como ella, sería echada del orfanato, tendría que arreglárselas por su cuenta.
—¡Vas a pagar por esta humillación que me hiciste, Aisha!
Aisha pensó que se sentiría feliz cuando se supiera la verdad pero dentro de ella no se sentía así. A pesar de eso, finge una sonrisa divertida.
—Diosa, eres realmente patética. Culpas a los demás por lo que tú haces. Deshonraste a los Betas con un comportamiento como ese.
Talía estaba tan furiosa que no le importó mostrar su verdadera personalidad e iba a golpear la mejilla de Aisha. Sin embargo, alguien se interpuso en su camino y evitó el golpe, haciendo que las personas su alrededor enmudecieran.
Aisha estaba sorprendida de que se trataba de la Luna Dana, quien había intervenido.
—Este no es un comportamiento digno pa