I. Te quiero como mi socia
Evan caminó hasta el establo y se quedó sorprendido al encontrarse a Morag en brasier, sin blusa y mostrando la mitad de sus blancos senos, justo frente a sus ojos.
Por alguna razón se puso bien nervioso, como si fuera un colegial, que nunca hubiese visto los senos de una mujer y ni siquiera era una vista completa.
Tosió un poco para llamar su atención y se giró como si no hubiese visto nada.
Morag estaba muy cabreada, de dónde había salido esa loca, ni siquiera le dio tiempo a defenderse, antes de lanzarle toda esa apestosa agua encima.
Pensó que se demorarían discutiendo, se notaban que ellos dos tenían algo y aunque su pecho se apretó un poco, debería haber sabido que un hombre tan apuesto, ya tenía una mujer.
Se quitó la blusa y comenzó a exprimirla, le molestaba que ella, no era de las que se quedaba con ningún agravio y siempre le daba el frente a la situación.
Solo que no sabía, como tenía la cabeza baja, que si le estaba dando el "frente" o más bien, el “pecho”, a la situación