Paul
Llegué justo cuando aquella mujer le gritó gorda a mi Marina. ¿Cómo se atreve a llamarla así, es claramente una diosa de muslos torneados y trasero impresionante. Ya quisiera esa mujer parecerse en algo a ella.
Estoy tan tremendamente enfadado que me quedo a escuchar un poco más, hasta que mis entrañas no pueden más. ¡Ya he escuchado suficiente! Tengo ganas de insultarla de mil maneras posibles, me hierve la sangre, pero me contengo para no bajarme a su nivel y montar un espectáculo de proporciones bíblicas en la oficina.
Cuando Marina me mandó un mensaje informándome que no la dejaban pasar, pensé que debía ser un error. También me culpé por no avisar al personal. La verdad no pensé que vendría a por mi. Se me pone cara de tonto enamorado al pensar que ha venido a recogerme para ir a almorzar los dos juntos. Suspiro solo de pensar que por primera vez alguien a quien quiero tanto me viene a llevar a almorzar.
Despido fulminante para aquella absurda mujer. ¿Quién se cree que es p