El murmullo comenzó como un susurro imperceptible, una sombra apenas perceptible en los pasillos de la empresa. Al principio, solo eran miradas curiosas, conversaciones veladas entre colegas en la cafetería, alguna insinuación camuflada entre bromas. Pero, como ocurre con los rumores que encuentran tierra fértil en la especulación, rápidamente crecieron hasta convertirse en una fuerza incontrolable.
El vínculo entre Alex y Laura, una conexión que apenas comenzaba a florecer, ahora se encontraba bajo el escrutinio de todos. No había un momento de respiro. Sus pasos eran observados, cada interacción analizada, cada gesto interpretado con una connotación que ellos nunca habían planeado revelar al mundo.
Laura sintió la presión primero. Sus reuniones se volvieron más tensas, las miradas de sus compañeros de trabajo adquirieron un matiz distinto, como si cada palabra que saliera de su boca estuviera siendo juzgada bajo una nueva luz. Le preocupaba cómo esto afectaría su imagen profesional,