Y en medio de ese caos, una nueva revelación estremeció la sala.
“Esto no fue un error del equipo de marketing.” —La voz de Carlos, uno de los empleados de confianza, cortó el aire—. “Fui yo quien cambió los documentos… pero no por accidente mi intención no es destruir la empresa, sino, hacer justicia.”
Las miradas se voltearon instantáneamente hacia Carlos.
“¿Qué quieres decir con que no fue un accidente?” —preguntó Alex con una frialdad peligrosa.
Carlos tragó saliva, pero mantuvo la firmeza.
“Descubrí hace días que hay una fuga de información en la empresa… alguien está filtrando datos a nuestra competencia. Lo que hice fue colocar información falsa en los documentos, esperando ver si llegaba a manos equivocadas.”
Laura sintió que la sala entera daba un vuelco. No solo estaban en una crisis, sino que ahora había un traidor dentro de "Los Laureles".
Montenegro entrecerró los ojos, mirando a Carlos y luego a Alex.
“Entonces, ¿esto no es un problema de incompetencia, sino de espionaje