42. Olvídame, Kira. Olvídame.
— ¿Mejor? — le preguntó tan pronto ella se recompuso, aunque no tenía ganas de soltarla por nada del mundo.
Ella asintió ligeramente.
— Sí, gracias.
— ¿Por qué te mareas tanto? — quiso saber, preocupado. No le gustaba saberla así en lo absoluto, independientemente de cómo estuviesen las cosas entre ellos, a él le importaba… más de lo que hubiese planeado en un principio — ¿Fuiste al médico ya? ¿Qué te dijeron?
— Debo ir por los resultados dentro de un par de días — musitó quedamente y Jack asintió.
— Bien, avísame cuando sea eso, quiero acompañarte.
— No hace falta, puedo ir sola.
— Lo sé, pero quiero asegurarme personalmente de que no sea nada malo — le dijo. Ella alzó la vista y lo miró con sus ojos marrones. Tenía unas leves ojeras que Jack no pudo pasar desapercibidas, así que acercó una mano a su mejilla y acarició la zona — No has dormido bien.
Ella bajó la mirada
— Fue una noche difícil — dijo con tono apagado y él la obligó a mirarlo.
— Kira… — musitó destrozado.
Ella negó.
—